“Cuando un Callejero cocina con el alma, no hay plata ni título que valga”
Ustedes saben que soy un aventurero gastronómico, eso significa que mi búsqueda va más allá de la moda; busco buenas experiencias, no me pesa si es un restaurante “puppi” o un pequeño entable en medio del mercado… si es bueno, es bueno, punto; no tengo preferencias en eso!
Lo que más me importa es la bondad culinaria detrás del cocinero, como y escribo con esa misma bondad culinaria.
Para mi son idénticos Ferran Adrià (el hombre de El Bulli, uno de los cocineros más aclamados del mundo), y La Churris (la del carrito en La Mayorista). Ambos cocinan con la misma entrega y con la misma pasión; aunque los platos de uno valgan $5mil pesos y los del otro “un millón” (no hay diferencia en eso)… la experiencia de uno, es el sueño del otro: conozco a Ferran y sé que es así, conozco a La Churris y sé que es así.
Ambos buscan lo mismo: el encuentro, el placer, la memoria de los mejores años.
Cada uno tiene su misión culinaria en esta vida: Adrià le cocina “al Rey” y “al Papa”, la Churris condimenta con “el rey” y sancocha “la papa”… si lo miras con el corazón, es cuestión de semántica nada más… lo cierto es que al final, ambos están a un caldero de distancia y, cuando cocinan, no hay plata ni título que valga.
Por eso utilizo mis palabras para darle, a los supuestamente más pequeños, toda la importancia, la fuerza y la gloria que la calle les ha negado: “mis Callejeros con Pedigree”.
Les confieso algo… para no dárnosla de tan estirados (menos con la comida): sigo recorriendo el mundo, comiéndomelo a mordiscos y pocos restaurantes me han descrestado tanto como “La Churris” y sus fríjoles, su arroz, su zanguito y sus baldes de chicharrón!
-La foto es del programa “Voy a comerme el mundo” de Televisión Española. Así es… hasta Colombia llegaron para mostrarle al mundo la buena cocina que tenemos en las calles. Ahora mis Callejeros son mundialmente famosos-